A buscar la plata

(Artículo publicado en Revista Agenda, junio de 2007)

En este artículo argumento que en estos momentos, cualquier cartera de inversión que no tenga una posición en plata, se está perdiendo un sector que en los próximos años va a generar enormes ganancias.

Mucho más que un metal precioso

Pero, con el desarrollo de la fotografía digital, los usos industriales de la plata disminuirán, ¿no es así? No, definitivamente no es así. Le apuesto lo que sea, a que usted tiene no una ni dos, sino varias piezas en su casa que contienen alto grado de plata, o incluso las lleva con usted mismo ahora, como joyas.

Algunos ejemplos poco conocidos: lo más probable es que la batería de su reloj de cuarzo, tiene plata en su cátodo; si ya ha cedido usted a la tentación de comprarse un televisor de plasma, tiene usted plata en su televisor (incluso si no es de plasma, su televisor tiene contactos eléctricos con algo de plata); su horno microondas, y muchísimos otros aparatos electrónicos como teléfonos celulares, teclados de computadora; sus reconocidas propiedades bacteriológicas hacen que cada vez más se le incluya en sistemas de purificación de agua y hasta aplicaciones médicas.

En fin, la lista es más larga que el espacio para este artículo. Pero el punto es que la reducción en la demanda que ha venido experimentando la plata por razón del desarrollo de la fotografía digital (la película fotográfica requiere elementos de plata), ha sido más que compensado por otros nuevos desarrollos que continuamente se están encontrando para este metal.

Las propiedades físicas, electroquímicas, bacteriológicas de la plata, no son fáciles de emular con materiales sintéticos más baratos. De modo que es una demanda relativamente inelástica que debe continuar aumentando en forma robusta.

¿Y qué hay con la oferta?

El otro lado de la ecuación por el cual la plata tiene un excelente porvenir en materia de inversión por los próximos años, es la oferta. Lamentablemente (o afortunadamente, depende del punto de vista), el desempeño decepcionante de los mercados de commodities desde fines de la década de 1980 y toda la de 1990, resultó en muy poca inversión en exploración y ampliación de la capacidad instalada de producción tanto de plata como de otros metales industriales y preciosos. Por ello durante muchos años, mientras se iba usando reservas probadas, éstas no eran reemplazadas con nuevos descubrimientos (esta historia es básicamente la misma para la plata y para los demás metales tanto preciosos como industriales).

Ahora mismo nos encontramos entonces con que hay cada vez mayor demanda, pero las minas en producción no están produciendo a los ritmos que requiere la demanda mundial. Esto explica en parte el commodity bull market que se ha venido dando desde aproximadamente 2002.

La teoría económica predice que, ante una demanda robusta y márgenes altos de utilidades, habrá incentivo para aumentar producción y así la oferta crecerá hasta que los precios (y los márgenes de utilidad) vuelvan a caer. Sí, eso es cierto, e indudablemente ocurrirá. Pero ojo, que esto toma tiempo. Al hecho que existe el factor tiempo se deben en parte los ciclos económicos.

La oferta continuará insuficiente por buen rato

Una mina de plata no es cosa que se pone a operar de la noche a la mañana. Primero hay que explorar. Luego, si encuentra un yacimiento, hay que continuar explorando para ver qué tanto metal extraíble hay en el yacimiento. Luego, falta ver si la cantidad minable y si las condiciones particulares del yacimiento permiten una explotación rentable. Pero asumamos que las respuestas a todas estas interrogantes son positivas. Aún así, este proceso toma probablemente unos 3 años. ¡Y aún no hemos adicionado una sola onza de plata al mercado!

Añádale a eso procesos de solicitud de licencias, permisos ambientales, y otros obstáculos burocráticos potenciales en el camino a ponerse a producir. Pero siguiendo optimistas, y asumiendo que los permisos se obtienen favorablemente, esto toma usualmente un año más. Ya van cuatro en total, aproximadamente.

Conclusión

¿Me sigue usted? Las razones para invertir en plata son más abundantes, pero no quiero aburrirlo innecesariamente. Mi recomendación es que invierta usted una porción de su cartera en plata. La manera más simple de hacerlo es comprar el metal físico (lingotes y monedas). Puede usted guardarlos o contratar la custodia externa. En Panamá no existe este servicio, pero sí en mercados más desarrollados (EUA).

Sin embargo, las mejores ganancias estarán no en la plata física, sino en acciones de compañías que se dedican a la exploración, explotación y/o minería de plata, preferiblemente en países con estabilidad política y jurídica, favorable a la inversión privada en minería. Sí, ya sabe usted que eso casi excluye a Bolivia (país con importante producción de plata). Pero existen muchas otras opciones dignas de considerar.

Mi vaticinio es que durante los próximos 7-10 años las ganancias en el sector de plata y metales preciosos serán simplemente extraordinarias. Mi consejo es: como en todo ciclo, cuando usted escuche que hasta el taxista le habla de que hay que invertir en acciones de compañías mineras de metales preciosos, será tiempo de salirse de dicho mercado. Pero eso no ocurrirá aún por buen rato (varios años). Así que, ¡a buscar la plata!