Emprenderismo

(Artículo publicado en Revista Agenda, diciembre de 2010)

Este vocablo no aparece en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE), pero se refiere a la cualidad de iniciar y llevar a cabo proyectos de negocios. Correspondiente al término anglosajón ‘entrepreneurship’ (que su vez, como dato curioso, constituye un galicismo). ¿Cuánto emprenderismo hay en Panamá? ¿Qué podemos hacer para incentivarlo?

La importancia del emprenderismo

El emprenderismo es la constante búsqueda de oportunidades de negocio, para iniciarlos y desarrollarlos. Es decir, no basta tener una idea de negocio, sino que hay que llevarla a la práctica. Todos tenemos en algún momento alguna idea de oportunidades de negocio. Pero no todos llevan dicha idea a un emprendimiento concreto. Es en esto que se diferencia la persona emprendedora de la que no lo es.

El emprenderismo es importante porque sin personas emprendedoras no ocurriría lo que se conoce como descubrimiento empresarial, es decir, la continua innovación que ocurre en el proceso productivo en una sociedad, como resultado del afán de lucro, que lleva al emprendedor a buscar cómo satisfacer necesidades reconocidas del público, cada vez de maneras más eficientes, o a descubrir nuevas necesidades del público hasta ahora no satisfechas. Sin ese descubrimiento empresarial, no podría haber innovación ni progreso en la sociedad.

Cualidades del emprendedor

El emprendedor es perspicaz, atento siempre a descubrir necesidades de las personas, que no están satisfechas o que se pueden satisfacer de mejor manera; está dispuesto a asumir riesgos; liderazgo, porque para vender (y toda actividad empresarial implica vender algo, aunque sea una idea) se requiere capacidad de persuasión, y además porque si desea expandir su negocio requerirá trabajar con un equipo y liderarlo hacia el éxito.

Adicional a las mencionadas cualidades personales, el emprendedor, para ser exitoso a largo plazo, debe tener una ética de negocios con ciertos principios y valores, de los que los principales son: i) Honradez: el emprendedor exitoso no trata de sacar ventaja de la mentira, ni persuade a los demás mediante argucias; ii) Disciplina: el emprendedor requiere mucha para coordinar todos los factores de producción y además hacer frente a los imprevistos que siempre acompañan a cualquier emprendimiento; iii) Responsabilidad: da la cara por su empresa y no evita responder y asumir las consecuencias de sus actos o de las actividades de su empresa.

El panameño, ¿es emprendedor?

Muchísimos negocios exitosos en nuestro país son iniciados y desarrollados por inmigrantes. Muchas ideas de negocios son llevadas a la práctica por extranjeros, y luego en retrospectiva nos parece increíble a muchos que otro nos haya robado el mandado, como decimos en Panamá. Esto lleva a muchos a decir que el panameño no es emprendedor.

Pero esto no es único de Panamá. En todos lados donde hay alta inmigración neta, el inmigrante se destaca por ser emprendedor. Piénselo: normalmente cuando una persona o una familia sale de su país y emigra a otro, lo hace buscando nuevas oportunidades. Fuera de los casos en que el viajante parte de su país con un contrato de trabajo ya asegurado de antemano, lo normal y a esperarse es que esa persona busque iniciar un negocio en el país receptor. Pasa en los Estados Unidos de forma muy marcada también, y sin embargo nadie puede decir que el estadounidense es poco emprendedor.

Como en muchas otras cosas, la verdad es bastante más compleja que lo que las extremas simplificaciones populares señalan. Yo creo que en Panamá hay muchos emprendedores, todos tenemos a un pariente o amigo emprendedor y empresario. No obstante, quizás hay algo de cierto en que podríamos tener más gente con espíritu emprendedor.

¿Cómo aumentamos el emprenderismo en Panamá?

Un importante papel lo juega la educación. Pero no necesariamente me refiero a la educación formal dentro de un centro académico. Hay muchas formas de educación, y una de las fuentes más importantes, yo diría que la más importante, de adquisición de conocimiento y destrezas empresariales, lo es el trabajar dentro de otra organización empresarial. Basta observar que hay un alto emprenderismo entre quienes se han criado trabajando en el negocio de su familia. Vaya usted a cualquier tienda de abarrotes y verá que el paisano tiene a sus hijos trabajando y contribuyendo con la empresa familiar, desde joven edad. Esto, lejos de ser algo negativo, es buenísimo porque ese muchacho adquiere desde temprano una rica experiencia empresarial, lidiando con el día a día y los imprevistos, contratiempos y retos cotidianos de una empresa. Dicha experiencia lo curte para ser empresario cuando adulto.

Y hablando de educación, ahora sí dentro de un centro académico formal, lamentablemente el sistema educativo busca cultivar en el estudiante conocimientos, con el objeto de que estudie una profesión liberal o adquiera un oficio que le permita obtener un empleo remunerado. Y no es que emplearse por un salario sea algo negativo per se, solamente que no es la única opción.

Otras barreras

Existen muchísimos emprendedores en el mercado informal. La informalidad se da no porque el emprendedor quiera mantenerse al margen de la ley, sino las más de las veces, porque le resulta imposiblemente caro integrarse a la formalidad. Existen barreras para formalizar un negocio, algunas naturales y otras creadas por la ley. Hay algunas barreras que tienen una razón de ser y responden a una necesidad real de regulación y protección al público, pero hay muchas otras que simplemente son una traba injustificada para la apertura y operación de nuevos negocios.

Se ha logrado algunos avances, sin embargo. Desde el año 2007, Panamá cuenta con un avanzado sistema de registro de apertura de empresas, tanto a título personal como a nombre de corporaciones, llamado PanamaEmprende, mediante el que cualquier persona puede presentar su registro de negocios y realizar varios trámites en un solo procedimiento corto, sencillo y barato, que se puede completar en menos de una hora a través de Internet.

El Código de Trabajo, lamentablemente, castiga el emprenderismo. Una persona humilde que inicia un negocio de restaurante, por ejemplo, ve limitada su capacidad de expansión porque para él, asumir las obligaciones y pasivos que impone el Código de Trabajo, con sus correspondientes restricciones, resulta muy caro. Y el empresario no cobra Décimo Tercer Mes, ni tiene vacaciones aseguradas, ni Prima de Antigüedad. El empresario, grande o pequeño, asume riesgos y muchas veces tiene que sacrificarse hasta por varios años, para sacar su negocio adelante, antes de poder disfrutar lujos como tomarse unos días libres y pagarse dividendos. Pero el Código de Trabajo otorga a los trabajadores asalariados una serie de prerrogativas frente al empresario, que hacen menos atractivo aún el arriesgarse a emprender un negocio.

Conclusión

No todo el mundo quiere ni tiene que ser emprendedor. El trabajo asalariado tiene su lugar en el mercado. Pero tengamos claro que un país crece más en la medida que sus ciudadanos son emprendedores de negocios.

Guerra monetaria

(Artículo publicado en Revista Agenda, noviembre de 2010)

El ministro de finanzas brasileño, Guido Mantega, oficialmente bautizó como guerra monetaria internacional, la creciente competencia entre bancos centrales para ver quién devalúa más su moneda.

Dólar en caída

En primer lugar, una aclaración: como las monedas hoy día no tienen una convertibilidad oficial (salvo pocas excepciones), la devaluación se da mediante intervención del banco central, por distintos medios, para causar una depreciación de la propia moneda frente a otras monedas. Es el uso de política monetaria para tratar de estimular el crédito y con ello reactivar la economía. Si esto funciona o si en realidad resulta en una receta de consecuencias peores que la enfermedad, es otro tema en el que no entraré aquí, por razones de espacio.

Esta devaluación competitiva inició con el dólar, cuando la Reserva Federal inició el llamado quantitative easing o ‘QE’ (que vendría a traducirse como flexibilización cuantitativa), con el objeto de frenar la recesión económica y reestimular el crecimiento. Esto, fue seguido en mayor o menor medida por los bancos centrales del resto del mundo. El QE consiste en que el banco central adquiere activos (principalmente deuda soberana del país, bonos corporativos y otros títulos de deuda), comprándolos a los bancos comerciales y otras entidades financieras, en lo que se conoce como operaciones de mercado abierto.

Pero la parte más importante, es la proveniencia de los dineros que usa el banco central para esas operaciones de mercado abierto. Ese dinero es creado ex nihilo por el propio banco central. Significa que se inyecta más dólares al sistema. A consecuencia de dicho aumento de la base monetaria, ocurre una dilución del poder adquisitivo de la moneda.

Cuidado con las comparaciones entre monedas

Normalmente, las monedas se cotizan frente a otras monedas. Se dice que el dólar se cotiza a X dólares por Y euros, por ejemplo. Esto puede hacer más difícil para la gente el visualizar que una moneda se está depreciando. Puede ocurrir que el dólar no sufra un menoscabo sustancial frente a otras monedas, y sin embargo esté perdiendo sustancial poder adquisitivo. Esto se da si las otras monedas también se están diluyendo de forma similar. Sostengo que esto es lo que está ocurriendo.

El oro es históricamente el proverbial canario en la mina de carbón, que nos avisa si una moneda se está diluyendo. El precio del oro ha aumentado en dólares, en euros, y en cualquier otra moneda, lo que está confirmando que las monedas están perdiendo poder adquisitivo de manera mucho más grave que lo que las cotizaciones de divisas indican.

Por ejemplo, desde el inicio de 2009 hasta fin de septiembre de 2010, el dólar se apreció 5% frente al euro. Sin embargo, en ese mismo período, el dólar perdió poder adquisitivo en términos de oro, por el orden de 50%, similar al euro. Y puede comparar usted con el yen, con el yuan, libra esterlina, y en general cualquier moneda importante, y verá el mismo efecto: las monedas están depreciándose de manera importante frente al oro, lo que indica un envilecimiento acelerado de las monedas.

Lo que viene

Las autoridades de bancos centrales en las economías más importantes del mundo, están todas enfrascadas en una guerra monetaria que nos está llevando hacia una consistente pérdida de poder adquisitivo de las monedas. Esto puede también degenerar en una oleada de proteccionismo que terminaría empeorando aún más la economía mundial.

Pero el riesgo mayor es que se genere inflación fuera de control. Las experiencias históricas de hiperinflación son siempre catastróficas: la gente pierde el poder adquisitivo de sus ahorros, la clase media desaparece, y se abre el camino muchas veces para la entrada de gobiernos populistas e incluso dictaduras. La hiperinflación alemana de 1923 en gran medida pavimentó el camino que unos años después llevó al partido nazi al poder, con las consecuencias que todos conocemos.

¿La solución?

A nivel macro, que los bancos centrales dejen de intervenir para devaluar sus monedas. Es preferible la contracción económica, por amargo que sea el trago. El envilecimiento de la moneda destruye también el comercio y el resto de la estructura económica y social.

A nivel personal, comience, si aún no lo ha hecho, a comprar y atesorar oro.

Destrucción creativa

(Artículo publicado en Revista Agenda, octubre de 2010)

Algunos conceptos en Economía pueden resultar bastante contraintuitivos. Uno de esos conceptos contraintuitivos es el de destrucción creativa. Sin embargo, no puede haber progreso económico (y en ningún otro campo humano) sin destrucción creativa. Veamos qué es.

Máquinas de escribir vs. Computadoras

Hace más de tres décadas surgió la computadora personal. Comenzó a tomar fuerza en la década de 1980 y ya para inicios de la década de 1990 era evidente para todo el mundo que la máquina de escribir estaba en vías de extinción. Hoy día no existe oficina en que aún se utilice máquina de escribir como herramienta base para el procesamiento de texto.

Esa transición de la máquina de escribir a la computadora personal es un buen ejemplo de destrucción creativa. Las empresas que fabricaban máquinas de escribir tuvieron que adaptarse o dejar de existir. Los trabajadores que se habían dedicado por años o décadas al proceso de fabricación de máquinas de escribir tuvieron la misma alternativa: adiestrarse en otra cosa y buscar empleo en otra actividad, o quedar desempleados.

Es decir, la creación de algo novedoso como la computadora personal, implicó el destronamiento de la máquina de escribir como herramienta esencial de la oficina. Implicó entonces que las empresas que se especializaron en la fabricación de máquinas de escribir debieron adaptarse o morir. Implicó que las empresas que fabricaban cintas de tinta y demás piezas y accesorios para las máquinas de escribir, perdieron esa línea de negocio y tuvieron también que adaptarse o desaparecer.

Abundan casos como éste. Otro ejemplo lo es el invento del automóvil y su reemplazo de la carreta halada por bestias, hace mucho más tiempo; o el surgimiento de la Internet y cómo ha obligado a los periódicos y revistas a reinventarse (en los países con alta penetración de Internet, ésta ha representado menos ventas de periódicos y revistas).

Quiebras y despidos

Las innovaciones tecnológicas abundan en nuestros tiempos. Y ellas permiten un continuo mejoramiento de la calidad de vida de las personas. Pero nada es gratis en el mundo, y estas innovaciones implican casi siempre algún tipo de sacrificio para algunas empresas y personas. Muchos de los trabajadores que se especializaron en máquinas de escribir habrán quedado sin empleo en algún momento, debido a la llegada del computador personal.

Y esto aplica no sólo con innovaciones tecnológicas, sino con innovaciones de cualquier clase. Si un empresa entra a un mercado y comienza a ofrecer beneficios no ofrecidos por las demás empresas en dicho mercado, y los consumidores comienzan a preferir el producto o servicio de la empresa innovadora en detrimento de las otras empresas, estas últimas comenzarán a ver mermadas sus ventas. Las que no se adapten, llegarán a la quiebra y sus trabajadores perderán sus empleos. Ante este panorama, alguien podría pensar que dichas quiebras son algo negativo para la economía y la sociedad en general. No lo es.

Aunque parezca un contrasentido, las quiebras de empresas no necesariamente son algo malo para la sociedad. La quiebra de una empresa, normalmente se da porque ha dejado de ser rentable, ya sea por la actividad en sí, o porque sus servicios o productos dejaron de ser competitivos. Si tal es el caso, lo realmente destructivo de riqueza social sería mantener artificialmente a dicha empresa en operaciones. Esto es lo que ocurre muchas veces como resultado de políticas estatales destinadas supuestamente a proteger plazas de empleo. El objetivo es loable, pero el mecanismo es perverso. Aunque a simple vista pareciera que se están salvando unas plazas de empleo, en realidad se está castigando al resto de la sociedad con mayores costos. A la larga, se inhibe el progreso y la creación de riqueza.

Ya ocurrió con las máquinas de escribir, con las empresas de carruajes (cuando llegó el transporte automotor), y seguirá ocurriendo con las innovaciones que en nuestra vida moderna ya se han convertido en algo rutinario. Al inicio las quiebras y los despidos de trabajadores en empresas que sufren por el cambio, significan un trago amargo. Pero esas quiebras son requisito esencial para el reacomodo de los recursos productivos, a partir de actividades que ya no son creadoras de riqueza, hacia actividades que sí lo son. Los trabajadores se reinventan a sí mismos y obtienen ocupación en alguna otra empresa, muchas veces en mejores condiciones que en la que estaban originalmente.

En otras palabras, la quiebra y disolución de la empresa que arroja pérdidas continuamente, es necesaria precisamente para reasignar los recursos que ella tiene atados, a otras actividades más productivas para la sociedad. Es por ello que, aunque inicialmente represente un trauma para los trabajadores afectados, a largo plazo incluso éstos resultarán beneficiados con una mejor calidad de vida.

Políticas Públicas

Todo esto es importante porque muchas veces los gobiernos establecen políticas públicas que inhiben el proceso de destrucción creativa sin el cual no puede haber progreso. Ojo, esto no quiere decir que nunca deba protegerse lo existente. Hay situaciones en que la sociedad obtiene un beneficio neto de proteger algo frente a su posible reemplazo. Por ejemplo, la sociedad tiene un interés en la conservación de la riqueza cultural de la Nación, y por ello se protege la riqueza arquitectónica del Casco Antiguo de la ciudad. Dado que en ello hay un elemento de riqueza cultural, que es invaluable e irremplazable, la sociedad está muy bien servida por las políticas públicas que buscan proteger dicha riqueza arquitectónica frente a la posibilidad de ser demolidas y reemplazadas por estructuras modernas.

Lo anterior ilustra como ejemplo el hecho que no siempre es malo proteger lo existente frente a lo nuevo. Hay otros casos (conservación de ciertas áreas por interés ambiental), etc. Pero fuera de tales situaciones de excepción, la regla general que aplica es que el Estado no debe proteger formas de producción que han resultado desplazadas por otras más eficientes, so pretexto de proteger plazas de empleo, porque como hemos visto arriba, ello es un espejismo que en realidad empobrece a largo plazo a toda la sociedad.

El cambio y Usted

El proceso de destrucción creativa no sólo se da cuando quiebra una empresa. Ese es un caso extremo. También se da cada vez que la empresa en que usted trabaja decide cambiar el sistema informático que usa para la contabilidad o el manejo de archivos, o control de calidad, o cualquier otro tema importante que lo afecte a usted. La reacción inmediata y natural de las personas en tales situaciones es rechazar el cambio. Ello es natural por cuanto implica que uno tenga que salir de su zona de comfort y volver a aprender algo que ya creía aprendido. Pero si algo debe estar claro para el Hombre moderno es que lo único constante es el cambio. Por ello, abrace usted también el concepto de destrucción creativa. Sus hijos vivirán mejor.

Telecom Panamá

(Artículo publicado en Revista Agenda, edición de septiembre de 2010)

Las telecomunicaciones son un sector que en nuestro país ha crecido notablemente desde que se dio la privatización del INTEL. Los beneficios llegan no sólo en empleos, sino además en una mayor competitividad para las empresas del país.

Mercado Libre y Competitivo

Mientras que en nuestro vecino Costa Rica, aún hoy en 2010, el obtener una línea de teléfono celular es una odisea que puede tomarle una espera de aproximadamente un año, en Panamá usted puede entrar a una tienda a comprar un celular y salir, cinco minutos después, hablando por él. La diferencia es que en Panamá se eliminó el monopolio estatal hace ya quince años, y en su lugar se permitió la participación de empresas privadas. Aunque al inicio, y por cinco años, la telefonía básica se mantuvo como monopolio, y la telefonía celular se mantuvo como duopolio por diez años, ya terminaron ambos períodos de protección y la entrada de nuevos participantes ha generado una sana competencia que ha traído dinamismo al sector, y mejores opciones y tarifas para los usuarios. La entrada al mercado de nuevas empresas en los diferentes servicios de telecomunicaciones (Telefonía celular, Internet, Larga Distancia Nacional e Internacional, etc.), ha sido un factor fundamental en la continua mejoría en los servicios y sus tarifas.

El sector telecomunicaciones ha sido desde hace años uno de los que más aporta al desarrollo económico del país. El año 2009 el sector telecomunicaciones reportó ingresos totales por B/ 919 Millones (estimado, según cifras de la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos – ASEP). El crecimiento del sector se nota además en los empleos que genera. Tan sólo en cuatro años, de 2005 a 2009, la cantidad de personas empleadas en el país por el sector de manera directa aumentó en 239%, de 6,562 personas en 2005 a 15,689 en 2009.

Telefonía celular

Existen ahora cuatro empresas de telefonía celular en Panamá, y todas compiten continuamente por el favor de los usuarios. En su incansable competencia, ello ha significado mejorías tales como: i) facturación por segundo en lugar de por minuto; ii) llegada de nuevos y mejores estándares de telefonía y de transmisión de data a través de la red celular; regímenes de tarifas y planes (tanto en prepago como en contrato) cada vez más accesibles y favorables al usuario. Esto se observa en la cantidad de líneas celulares activas en el país, que tan sólo de 2005 a 2009 pasó de aprox. 1.7 millones a 5.7 millones, es decir, más que se triplicó en tan sólo cuatro años: sí, hay más líneas celulares que personas en el país, lo que se debe en parte a que muchas personas tienen más de una línea (una personal, una de la empresa, etc.), y existen líneas corporativas de empresas, que no están asignadas a una persona en particular.

La telefonía celular es sumamente accesible en Panamá. Basta ver que los vendedores ambulantes que vemos en los semáforos tienen todos su celular. El vendedor de hot-dog y chichas, tiene su celular. En Panamá todavía el número de personas con línea telefónica fija apenas sobrepasa el medio millón, en tanto que ya hay más celulares que población. Eso dice mucho de qué tanto la telefonía celular ha contribuido a que la gente, incluso la gente humilde de nuestro país, tenga acceso fácil y libre a las telecomunicaciones.

En cuanto a competitividad de negocios, servicios de valor agregado como los distintos planes de data y la posibilidad de navegar por Internet a través del teléfono celular, nos hacen mucho más productivos. Por ejemplo, en mi caso particular, la posibilidad de recibir correos electrónicos y revisar los documentos adjuntos (texto, imágenes, hojas de cálculo, incluso presentaciones) mientras estoy fuera de la oficina, es algo que me permite dar respuesta rápida a mis clientes, sin tener que esperar mi regreso a la oficina. La vieja respuesta que daba a mis clientes “lo revisaré cuando llegue a la oficina”, ahora se ha convertido en “sí, acabo de recibir el borrador de contrato, lo revisé y ya le estoy enviando mis comentarios.”

Internet y Larga Distancia

La competencia en la provisión de servicio de Internet no ha sido diferente a la de la telefonía celular. De hecho, quizás ha sido hasta más dinámica. Hay un gran número de empresas en el país dedicadas a ofrecer distintos tipos de acceso a Internet. Las hay con fibra óptica, satelital, por microondas, inalámbrico, ADSL, y otros. Las velocidades de acceso que hay disponibles son cada vez más grandes y a menores precios. La penetración de Internet se va incrementando de manera continua gracias a dicho dinamismo de parte de las empresas existentes en el mercado. Panamá es hoy día reconocido como uno de los países con mejor conectividad en América Latina. He recibido comentarios de ejecutivos viajantes que cuentan que, cuando están en otros países de la región, muchas veces pasan trabajo con las lentas velocidades y las inestables conexiones a Internet, incluso en hoteles cinco estrellas.

¿Recuerda cuando las llamadas de larga distancia internacional se cobraban en dólares por minuto? La apertura del mercado y la dinámica competencia ha resultado en que hoy sea más barato llamar a Estados Unidos, que lo que en tiempos del INTEL costaba llamar a Chorrera. Esto ha hecho a las empresas del país enormemente competitivas en el mundo globalizado.

Cambios y tendencias

Hace diez años una empresa de telecomunicaciones no tenía nada que ver con televisión, y viceversa. Hoy día la integración de distintos servicios como televisión pagada, telefonía fija e Internet, están siendo provistos por las mismas empresas y a través de una misma conexión. Dicha integración de servicios brinda ventajas tanto a la empresa como al usuario. Pero el punto que quiero ilustrar con esto es que en materia de telecomunicaciones las tendencias son muy cambiantes. El avance de las tecnologías va permitiendo hacer cada vez más cosas que anteriormente eran inconcebibles.

¿Qué nos depararán los próximos años en materia de telecomunicaciones? En un sector donde los avances tecnológicos son tan veloces, cualquier predicción de tendencias a largo plazo está condenada a resultar equivocada. En esto, basta recordar las películas de ciencia ficción de hace treinta años. Lo que parecían unas locas fantasías, han resultado superadas mucho más allá de lo que cualquier persona se hubiese imaginado. Pero sí parece seguro apostar porque lo que sea que vendrá, implicará más opciones y mejores tarifas para el usuario, y mayor productividad para el hombre de negocios.

Las telecomunicaciones constituyen uno de los sectores más dinámicos y de mayor crecimiento en el país. Su gran competitividad es, sin duda, uno de los factores fundamentales en permitir a Panamá posicionarse en los últimos años como un hub regional empresarial y un gran destino de oportunidades de negocios. Estoy seguro que continuará siendo importantísimo en el desarrollo del país.

Fútbol y Economía

(Artículo publicado en Revista Agenda, edición de agosto de 2010)

Acaba de pasar la fiebre de la Copa del Mundo, pero el fútbol representa un excelente tablero para ilustrar muchos conceptos de Economía.

Creación de capital

En la Copa del Mundo de la FIFA, participan selecciones nacionales, es decir, representan a países. Pero la calidad de los jugadores ha sido creación totalmente privada. El fútbol está estructurado en todas partes como un asunto de organizaciones privadas, los llamados clubes de fútbol. Son estos clubes los que, en su afán por tener el mejor equipo y ganar sus respectivos torneos nacionales (organizados por federaciones privadas de clubes), están en constante búsqueda de nuevos talentos para contratarlos y desarrollar su potencial deportivo, en provecho del club. Aquí vemos el afán de lucro, sólo que en el fútbol no el objetivo no es generar ganancias dinerarias, sino ganancias deportivas. Pero el principio es el mismo. Lionel Messi ha podido cultivar y desarrollar su potencial gracias a que un club privado de fútbol (FC Barcelona) lo contrató y le paga para que sólo juegue fútbol. No fue porque el Estado argentino decidiera pagarle para desarrollar su talento.

El club además contrata un ejército de recursos para desarrollar la productividad de sus jugadores. Desde nutricionistas, psicólogos, entrenadores físicos, médicos deportivos, hasta gimnasios privados para los jugadores del club, y muchas otras facilidades que forman parte del capital del club.

Especialización y Ventajas Competitivas

El trabajo de Messi es armar jugadas de gol, no defender ni proteger el propio marco, y gracias a esa especialización es que Messi es tan efectivo y temible. Del mismo modo, Iker Casillas es un gran arquero porque su único trabajo es ser arquero. Si tuviera además que buscar hacer goles, no sería tan bueno ni en una ni en otra cosa. Lo mismo ocurre en la producción de bienes y servicios. El cirujano ocular es bueno en lo suyo porque se ha especializado en ello. A la sociedad le conviene que el cirujano ocular se dedique exclusivamente a su especialidad. El momento en que el cirujano ocular tratase de ejercer la Medicina General, la sociedad probablemente saldría perdiendo.

Globalización

La competencia implica que no hay chauvinismos en el fútbol profesional. En las ligas profesionales no hay aquello de que en un club todos los jugadores deban ser nacionales del país de donde es el club. En el FC Barcelona, por ejemplo, juegan Lionel Messi, Daniel Alves, y otros jugadores no españoles, y forman parte del once titular. La participación de extranjeros no perjudica ni ha hecho menos competitivo al fútbol español, sino todo lo contrario. El tener en su liga a jugadores de primer orden como Kaká, Cristiano Ronaldo, Messi y otros, sólo puede beneficiar al fútbol español, pues competir con los mejores sólo te puede llevar a mejorar tu nivel, y esto aplica en cualquier disciplina. En efecto, España ganó la Copa del Mundo, lo que corrobora el punto.

Se evidencia hoy día la trillada pero muy cierta observación de que en el fútbol “las distancias se han acortado”. Por ejemplo, Japón dio una muy buena presentación en la pasada Copa del Mundo. El gran avance del fútbol japonés se debe en gran medida a que en los últimos años en su liga han contratado técnicos extranjeros de gran éxito, como Zico. El contratar técnicos extranjeros en los clubes trae como beneficio la importación de know-how, y lo mejor es que ese know-how se transmite a los asistentes y demás personal técnico, entre los cuales hay japoneses, y por tanto así se va formando la próxima generación de técnicos japoneses, con conocimientos y talentos muy superiores a los de la generación que los antecedió.

Innovación

El afán de ser los mejores, trae también innovación en el fútbol. Un ejemplo: el fútbol totalmente ofensivo, el jogo bonito de los brasileños de 1970, y de clubes como el Real Madrid de los años 60, no sólo cautivó a los aficionados por lo espectacular, sino que también era fulminante con los adversarios. La presión al ataque era tan sobrecogedora, que los rivales no podían sobreponerse y perdían irremediablemente. Esto trajo como respuesta, que los técnicos de equipos con menos talento ofensivo tuviesen que ingeniárselas para defenderse mejor. El resultado fue surgimiento de tácticas defensivas mucho más eficaces, tanto que llegó el momento en que el fútbol predominantemente defensivo fue superior al ofensivo. Italia dejó en el camino a un Brasil espectacular en la Copa del Mundo de España ’82, gracias a esto.

Pero a fin de cuentas todos quieren ganar, y ello requiere anotar goles además de impedir los goles en contra. De modo que los técnicos desarrollaron jugadas prefabricadas y practicadas múltiples veces, para sorprender las defensas adversarias. Muchas de estas jugadas prefabricadas implican el engaño, para hacer creer al adversario que se dará pase a un jugador, cuando en realidad se le hará a otro. Y así la lucha entre el interés por anotar y el interés por no dejarse anotar, continúa forzando a los técnicos a desarrollar todo el tiempo nuevas tácticas, nuevas jugadas, nuevas formaciones en el terreno de juego. Esto es innovación continua y el resultado es un fútbol cada vez más rico para el aficionado. Del mismo modo que la competencia entre distintas empresas en un mismo mercado, trae cada vez mejores bienes y servicios, e innovación tanto en lo tecnológico como en prácticamente todo lo demás, para el beneficio de toda la sociedad.

Rendimientos Decrecientes

El objetivo en el fútbol es anotar más goles que el adversario. Esto implica que un equipo exitoso debe tener un buen balance entre ataque y defensa. Demasiado énfasis en el ataque trae como resultado un equipo desbalanceado. La selección de Argentina ilustró esto perfectamente en la pasada Copa del Mundo. Indiscutiblemente, la mejor delantera de la Copa la tenía Argentina: Messi, Higuaín, Tévez, D. Milito, entre otros, todos ellos jugadores de primer orden y que en la pasada temporada tuvieron excelentes desempeños en sus respectivos clubes. Sin embargo, la selección argentina descuidó negligentemente su defensa, y era previsible que ante un rival con buen ataque, dicha ofensiva temible caería víctima de su desbalance. Así le ocurrió contra Alemania, en la aparatosa derrota 0-4 que los apeó de la Copa.

Esto mismo nos lo predice la Ley de Rendimientos Decrecientes en Economía. Dicha Ley nos enseña que hay un mix óptimo de los diferentes insumos requeridos en todo proceso productivo, pero que cuando añadimos de un mismo ingrediente más allá de la cantidad óptima, el resultado es que la calidad final no mejora sino que se deteriora. Argentina no necesitaba tantos delanteros a la vez en el cuadro, y le hubiese venido muy bien tener un poquito menos ataque y algo más de defensa.

La próxima vez que vea un partido de fútbol, piense que aparte de entretenimiento, nos puede enseñar muchas cosas sobre Economía y negocios.

El legado de Uribe

(Artículo publicado en Revista Agenda, edición julio de 2010)

Colombia tendrá pronto nuevo presidente. Álvaro Uribe está por terminar su período. Es indudable que la Colombia que Uribe recibió, y la que deja al salir del poder, reflejan dos realidades muy distintas.

Seguridad

Previo a Uribe, la situación con las narcoguerrillas había llegado a niveles intolerables. Colombia estaba en riesgo de convertirse en Estado fallido, dado el gran poder que tenían las guerrillas, principalmente las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El enfoque del diálogo y las concesiones a los guerrilleros, llevado por el predecesor de Uribe, Andrés Pastrana, resultó un rotundo fracaso. En todo el país la gente se sentía presa del miedo. El crimen organizado, los secuestros express, las ejecuciones entre distintos clanes a plena luz del día, eran la rutina diaria.

Uribe llegó al poder prometiendo acabar con las guerrillas, y devolver la paz, la seguridad y la tranquilidad a los colombianos. Se aplicó mano dura contra el crimen organizado. Se reforzó, como debía hacerse, los estamentos de seguridad del Estado. Tanto en el discurso como en las acciones, el Estado colombiano aplicó una política de cero tolerancia contra el crimen, tanto organizado como de carácter común.

Ahora, ocho años después, en Colombia se respira un aire diferente. En tanto hace ocho años viajar a Colombia acarreaba muchos temores por la seguridad personal, ahora el viajante se siente mucho más tranquilo, y obviamente el residente colombiano también. La tasa de homicidios por cada cien mil habitantes era de 82 en el año 2000, hoy es de 62, es decir una reducción de 25%.

Prosperidad

El Producto Interno Bruto aumentó en 150% en estos ocho años, y el PIB per cápita aumentó de US$ 2,100 aprox., a US$5,087 para 2009 (y el estimado para 2010 es US$5,890).

El peso colombiano se ha fortalecido sustancialmente en estos ocho años, algo raro en economías latinoamericanas. En 2002, el cambio promedio del peso fue dos mil quinientos ochenta pesos por dólar (COP 2,580 = US$1). A mediados de 2010, el cambio está a COP 1,975 = US$1, es decir, se ha apreciado frente al dólar en un 23% en estos ocho años. Compárelo con Venezuela, en que el Bolívar ha sufrido inflación de dos dígitos durante todo este siglo.

Institucionalidad

El Estado de Derecho es un pilar fundamental de toda sociedad civilizada, próspera y que busca la paz. Y ha sido uno de los pilares del avance de Colombia en estos ocho años. Prueba de ello es que, a pesar de contar con una aprobación de 60%, el Presidente Uribe respetó la decisión de la Corte Constitucional de no permitir un referendo para modificar la Constitución para permitir un tercer mandato presidencial. Esto, normalmente no es un mérito. Después de todo, es un deber del Presidente de un país respetar la Constitución, pues si no lo hace se convierte en usurpador. Pero en el contexto de América Latina, donde lo común es que los mandatarios se enamoren del poder y quieran perpetuarse en él, ciertamente es notable la actitud tomada por el Presidente Uribe, de entregar el poder y no intentar siquiera modificar la Constitución a su medida. Tan sólo hay que mirar a la vecina Venezuela, donde su Presidente llegó al poder mediante los votos, pero desde allí ha cometido todos los abusos concebibles a la institucionalidad.

Balance

Luego de ocho años de su gobierno, es evidente que Uribe trajo la voluntad y el coraje para ponerle la cascabel al gato de la inseguridad y la corrupción institucional que había en Colombia. Por supuesto, queda mucho por hacer. Colombia sigue siendo uno de los países con más alta tasa de homicidios del mundo (ahora ocupa el segundo lugar, en vez del primero que ocupó por varios años). Pero Roma no se construyó en un día. Lo importante es que el rumbo se mantenga. Será crucial mantener la política de Estado contra las narcoguerrillas y contra el crimen organizado, y continuar el fortalecimiento de la Administración de Justicia. El Presidente Uribe deja un legado de paz, seguridad, institucionalidad y prosperidad, que hay que reconocerle, y confío que los sucesivos gobernantes sabrán continuar ese trabajo.

Oda al empresario

(Artículo publicado en Revista Agenda, edición de mayo de 2010)

¿Quién es el empresario? ¿Qué hace? ¿Por qué y en virtud de qué gana dinero (o lo pierde)? El empresario es una especie que muy poco nos detenemos a estudiar, y que indiscutiblemente juega un papel fundamental en toda economía. ¿Por qué es relevante estudiar y comprender su rol? Porque muchas políticas públicas se dictan y aplican sin tomar en cuenta ese rol, su naturaleza y el cómo opera.

¿Plusvalía marxista?

Primero, veamos brevemente el concepto marxista de la plusvalía. Para los marxistas, los empresarios no juegan un rol productivo en la sociedad, sino parasitario. Marx atribuía las utilidades empresariales a lo que a sus ojos es una expropiación que hace el empresario del obrero. Es decir, el obrero produce un X valor, pero el empresario obtiene su ganancia de pagarle al obrero un salario que está por debajo de X. La diferencia, según él, es la ganancia o utilidad empresarial.

Visto así, por supuesto que se entiende por qué su rabia contra la actividad empresarial privada, y el por qué de su afán por eliminar completamente la propiedad privada de los medios de producción. El rotundo fracaso de las economías comunistas en el Siglo XX, y el de las que aún quedan, como Corea del Norte y Cuba (que nadie me diga que China es comunista, porque la China actual tiene de comunista lo que yo tengo de estrella del Rock), nos dice ya bastante sobre lo equivocado que estaba Marx en su análisis.

Descubrimiento empresarial

Un aspecto que hasta los economistas clásicos desatienden, es el rol que en las actividades productivas económicas tiene el descubrimiento de información sobre oportunidades de negocio. Para los economistas clásicos y neoclásicos, las oportunidades de negocio son un datum para los empresarios, es decir, es información que está allí en el aire y aquellos que tienen capital aprovechan esas oportunidades y ya, en tanto que los que no tienen capital no pueden aprovecharlas. Surge entonces la percepción de que las utilidades recibidas por los empresarios se deben a su mejor suerte de provenir de una familia adinerada.

Pero la cosa no es así. Las oportunidades de negocio tienen que ser descubiertas. En el mercado, para uno hacer dinero con un negocio, tiene uno que idear cómo satisfacer alguna necesidad hasta ahora no satisfecha en las personas, o satisfacerla mejor que hasta ahora. Sólo así estarán las personas dispuestas a pagar voluntariamente por el servicio o producto que uno estará ofreciendo. Es decir, en el mercado la búsqueda de oportunidades de negocio implica buscar cómo rascar mejor la espalda de los demás, para que entonces éstos le rasquen a uno la propia.

Si el descubrimiento empresarial no jugase un rol fundamental, el comunismo habría podido funcionar. Fracasó y fracasará donde sea intentado, pero no como muchos opinan, porque sea un buen sistema que dependa de la buena voluntad de las personas, sino que aún si las personas fuesen ángeles, el sistema fracasaría.

Función social

La actividad empresarial no puede sino generar riqueza social. Es encontrando cada vez mejores formas de satisfacer necesidades de los demás, a cada vez menores costos, lo que hace exitosa una actividad empresarial determinada. Esta actividad, además, es continua de parte del empresario. No puede sentarse a descansar una vez ha dado con un éxito de negocios. Como dice la canción de la banda británica Pink Floyd (en inglés): “corre conejo, corre / cava ese hoyo, olvídate del Sol / y cuando finalmente hayas terminado el trabajo / no te sientes, es tiempo de cavar otro más.”

El empresario debe continuar mejorando permanentemente sus servicios, y encontrando mejores formas de servir a sus clientes, o estará condenado a ser superado y desplazado por otros empresarios más ávidos a hacerlo.

No es casual que esto resulte en un mejoramiento continuo de las vidas de las personas en la sociedad, aún de aquellos que no son empresarios. El generalizado avance tecnológico a que nos hemos acostumbrado en Occidente, en tantísimos campos como la producción de alimentos y su conservación, atención médica y medicamentos, vivienda, informática, transporte masivo de personas (y de mercancías que a fin de cuentas son para consumo de las personas), y tantas otras áreas que damos por sentadas, son el resultado de millones de esfuerzos de parte de personas que andan buscando una oportunidad de negocio y para ello requieren encontrar soluciones a nuestras necesidades. Los avances en tecnología no son un datum, no se dan en el vacío. Es por ello que en los países comunistas los avances en tecnología de todo tipo eran virtualmente inexistentes, y en todo caso la tecnología era copiada de Occidente.

Asunción de riesgos

Pero la actividad empresarial implica siempre un elemento de incertidumbre. Este nuevo servicio o producto que quiero ofrecer, ¿lo aceptará la gente? ¿Lograré coordinar los distintos recursos y factores productivos que requiero para ello? ¿Lograré hacerlo a tiempo y a bajos costos para poder ofrecerlo a precios competitivos y aún así obtener una ganancia para mí? Hay tantos factores inciertos en cualquier emprendimiento de negocios, que siempre existe un elemento de riesgo. Ese riesgo disuade a muchos de atreverse a emprender un negocio. No hay problema, no todos tienen ese don ni tienen por qué tenerlo. El punto aquí es que la existencia de riesgos que, de concretarse, podrían hacer fracasar el emprendimiento y con ello hacer que el emprendedor pierda riqueza propia, es parte integral del asunto. Si el empresario no arriesgase su propio dinero sino sólo el de otros, podría él responder a otros incentivos por aquello del moral hazard o peligro moral.

Es por esto que el Estado empresario nunca genera riqueza para los asociados, más bien la destruye. La experiencia histórica corrobora que el Estado no está para ser empresario, ya sea para descubrir nuevas oportunidades de negocio o para administrarlas. En esencia, quienes administran empresas estatales responden a incentivos muy distintos de los que guían al verdadero emprendedor particular. La escuela de pensamiento conocida como Opción Pública (Public Choice School), ha demostrado esto de manera abundante e incontrovertible.

Tampoco debe el Estado proteger a los emprendedores de sus errores empresariales. El hacerlo inhibe el proceso que el Nobel de Economía Joseph Schumpeter ha denominado Destrucción Creativa. Las quiebras empresariales son parte esencial del sistema y no funciona bien sin la constante amenaza del fracaso.

¿Responsabilidad Social Empresarial?

Allí la tiene usted. En principio, el sólo hecho de generar utilidades consistentemente, es indicativo de que el empresario está satisfaciendo necesidades reales de la comunidad y es por ello que las personas voluntariamente le están premiando con su dinero. A eso se refería Sir Winston Churchill con que la “si quieres tener utilidades, aprende a satisfacer”, y “es una idea socialista el que tener ganancias sea reprochable; yo sostengo que lo verdaderamente reprochable es tener pérdidas.”

Subsidios caros

(Artículo que me publicó la Revista Agenda, edición de abril de 2010)

La expresión que titula este artículo es redundante: no existen subsidios cuyo costo real sea menor que sus beneficios. Los subsidios generan una serie de costos, algunos de los cuales se ven, en tanto que otros pasan agachados sin ser por ello menos dañinos. Con el pasar de los años los programas de subsidios por interés social han ido aumentando en número y en desembolsos, y recientemente el Gobierno Nacional ha creado aún más programas de supuesto apoyo social que algún día terminaremos lamentando seriamente.

Costos directos

En este artículo me refiero especialmente a los subsidios de corte social, como el subsidio a la tarifa eléctrica (para los que consumen menos de 500 Kwh por mes), el subsidio al tanque de gas de 25 libras, el subsidio de la Red de Oportunidades (bono de $35 que inició el Gobierno de Martín Torrijos, y que luego subió a $50, para ciertas familias de bajos recursos), y el de $100 para los 70, ahora establecido el Gobierno de Ricardo Martinelli para cumplir promesa de campaña.

Estos programas de supuesto apoyo social generan costos directos para el resto de los ciudadanos. El costo de estos programas ascenderá para el presente año a la friolera de $645 millones. La recaudación del I.T.B.M.S. en el año 2009 fue de $561 millones, y el Gobierno Nacional estima que el aumento de la tasa de dicho impuesto a 7%, aumentará la recaudación por entre $200 a $240 millones. En otras palabras, podemos decir que el I.T.B.M.S. está siendo usado para pagar todos estos programas de subsidios sociales.

Un breve análisis nos revela algo importante: estos subsidios los está pagando el propio pueblo que supuestamente recibe los beneficios. Es incontrovertible que quienes menos ingresos generan, deben dedicar una mayor parte de sus ingresos a consumo inmediato y cotidiano. Y muy contrario a lo que dicen algunos defensores del aumento del I.T.B.M.S., las personas de bajos ingresos sí compran ropa, zapatos, juguetes, van al cine, comen en restaurantes de comida rápida y fondas, y consumen muchas otras cosas que están gravadas con el I.T.B.M.S.

Vemos entonces que quienes realmente pagan los subsidios, son precisamente aquellos llamados a beneficiarse de ellos. Tan sólo con este breve vistazo a los números, vemos que si verdaderamente se quiere ayudar a los de menos recursos, muy mejor sería bajar la carga tributaria al consumo, en lugar de establecer más subsidios.

Costos indirectos inmediatos

Pero el problema con los subsidios de supuesto apoyo social, es que los costos reales no terminan con los directos. Existen otros más difíciles de ver a simple vista. No marcan en las estadísticas oficiales, pero son tan dañinos o más que los costos directos.

Por un lado, los subsidios incentivan conductas negativas. Ejemplo: el subsidio a la electricidad desincentiva el ahorro. Para una familia cuyo consumo mensual sea menor a 500 Kwh, siempre que su consumo no llegue a dicho hito, sus miembros son premiados por el subsidio a consumir más electricidad. Esto, a la vez que el Estado promueve el ahorro energético con diversas políticas que a su vez cuestan dinero.

Todo en la vida tiene un costo. El subsidio no elimina ni reduce esos costos, sino que los transfiere a otras personas. Y como todo programa de subsidios tiene a su vez costos de administración, se generan nuevos costos para todos los asociados. El resultado es siempre una pérdida neta de riqueza para la sociedad.

Por otro lado, los subsidios reducen la competitividad. Dado que todo subsidio lo paga alguien, ese alguien termina viendo que se reduce su bienestar. Las actividades económicas generadoras de riqueza se encarecen. Las empresas que deben pagar la tarifa de electricidad comercial e industrial, pagan una tarifa encarecida para poder sufragar en parte el subsidio a los que consumen menos. Esto encarece los productos y servicios que dichas empresas generan, con lo que se afecta la capacidad de generación de riqueza y empleos del sector empresarial. Y además, dado que esos mismos productos y servicios se encarecen, al final termina el consumidor pagando los platos rotos.

Paternalismo

Los programas de supuesto apoyo social como el de $100 para los 70, sabemos siempre cómo inician, pero nunca cómo terminan. En todo país donde se establecen programas de llamada asistencia social, que no son más que paternalismo, dichos programas inician siempre como algo provisional y representan una erogación relativamente pequeña para el Estado. No obstante, con el pasar del tiempo dichos programas van creciendo en prestaciones, y en costo tanto absoluto como relativo dentro del presupuesto estatal. Si lo duda usted, sugiero que recorte este artículo, lo guarde, y lo vuelva a sacar para el año 2014. Vaticino que durante la campaña electoral, los candidatos se pelearán por ver quién promete más. Verá que alguien propondrá reducir la edad de 70 a 65 años para el pago del $100 a los 70. Y alguien propondrá aumentar el monto de $100 a $130 (o $150) mensuales. Y no dude usted que, gane quien gane, aumentará tanto la prestación individual como la carta para el Estado y por tanto para los contribuyentes. Tan sólo fíjese en la Red de Oportunidades, que comenzó en $35 y ya va por $50.

Estos programas paternalistas se convierten así, en pocos años, en un enorme lastre para los contribuyentes, y en algo que limita cada vez más la capacidad del Estado para invertir los ingresos tributarios en obras de infraestructura y en aquellas cosas verdaderamente requeridas para el desarrollo del país. El Estado se va haciendo así cada vez más ineficiente, con un gasto público cada vez más hipertrofiado. Y a la porción de la población a la que se destinan estos programas, en lugar de sacarlos de la pobreza, se los hace más dependientes de la dádiva de los políticos, y por tanto, más fáciles de manipular con fines políticos.

El espejo en que debemos mirarnos es el de Grecia, España, y otros países europeos que, tras décadas de aumento continuo del gasto público en programas de corte paternalista, ahora enfrentan la traumática tarea de tener que recortar drásticamente dicho despilfarro, porque las finanzas públicas se encuentran al borde del colapso. Y como siempre, los platos rotos los paga el contribuyente, a quien le tocará pagar más impuestos.

Conclusión

El paternalismo siempre viene acompañado de odas a la solidaridad. Pero la solidaridad sólo puede ser voluntaria. Cuando el Estado roba a Pedro para darle a Pablo, la república y sus instituciones se van erosionando, pues la carrera por el poder se convierte en una carrera por ver quién ofrece más caramelos a costa del dinero de los contribuyentes. La Historia nos dice que la decadencia de Roma siguió un patrón similar. Los emperadores acrecentaron continuamente el populismo conocido como panes et circem (pan y circo), y ya sabemos cómo terminó ese drama.

El Euro en problemas

(Artículo que me publicó la Revista Agenda, edición de marzo de 2010)

La Unión Monetaria europea, que entró en efecto en forma palpable con circulación de sus billetes y monedas en 2002, se encuentra en serios aprietos y, según algunos analistas, podría entrar en crisis y terminar disolviéndose en tan corto plazo como uno o dos años.

La crisis financiera mundial ha causado estragos en todo el mundo, pero definitivamente a unos los ha golpeado más que a otros. Ya Islandia en 2008-2009 tuvo un virtual colapso de su sistema financiero privado. El año pasado 2009 vimos cómo Dubai, que por años asombró al mundo con su acelerado crecimiento inmobiliario y sus imponentes proyectos de construcción dignos de portada de revista, evitó (o quizás sólo pospuso) su colapso gracias a la billonaria ayuda de sus vecinos de Abu Dhabi.

Pero la crisis en el mundo no ha terminado, y las cosas comienzan a complicarse. Los gobiernos están recibiendo menos ingresos por impuestos, debido al bajón en actividad económica. Algunos de los países con serios problemas financieros son miembros de la Unión Europea.

Grecia

El caso particular de Grecia es quizás el más inminente. Al momento de escribir este artículo (fines de enero), se comenta del fuerte rumor sobre un acercamiento que tuvieron las autoridades del Ministerio de Finanzas de Grecia, con el Banco Central de China, para persuadir a éstos de comprar unos EUR 25 billones en títulos de deuda soberana de Grecia. El rumor ha sido desmentido tanto por el Ministerio de Finanzas de Grecia, como por su contraparte de China. Sin embargo, dada la situación crítica de las finanzas griegas, es más que probable que el acercamiento se haya dado.

La deuda pública de Grecia es de 113% de su Producto Interno Bruto (PIB), y según estimaciones del propio gobierno griego, durante 2010 la deuda alcanzará el 120% del PIB. Con un déficit fiscal que el año 2009 rondó el 15%, y con proyección a aumentar sustancialmente este año, la situación de las finanzas públicas griegas se pone cada vez peor. Según estimaciones del propio gobierno, se requerirá colocar unos EUR 53 billones en 2010 para poder hacer frente a las obligaciones corrientes del Estado griego.

Barbas en remojo

España, Portugal e Italia se encuentran en situaciones similares, aunque aún no tan inminentes, a la de Grecia. El caso de España, por ejemplo, no es tan grave en cuanto a su razón Deuda/PIB, pero sí es grave en su déficit fiscal, que también ha aumentado con la contracción económica. El Profesor Noriel Roubini, famoso por su predicción acertada de la crisis financiera desatada en 2008, opina que mientras que el colapso de las finanzas públicas de Grecia sería un problema para la Unión Monetaria, el colapso de España sería una catástrofe, ya que España es la cuarta economía más grande del bloque monetario europeo.

Si estos países no fuesen parte de la Unión Monetaria, probablemente atenderían la crisis devaluando su moneda. Esto permitiría a corto plazo hacer frente a su servicio de deuda, mejoraría la balanza de pagos, y aliviaría el déficit fiscal. Claro que esto sería a costa de aumentar la presión inflacionaria y resultaría en un desincentivo a la inversión, lo que a la larga empeoraría las cosas. Pero ya sabemos que los políticos tienen un horizonte de cinco años (o cuatro, según sea el período electoral en el país respectivo).

Pero al integrarse a la Unión Monetaria, los países miembros han cedido la facilidad de hacer ese tipo de maniobras para resolver una crisis interna, y se han comprometido a ciertos estándares de manejo financiero que les restringe su capacidad de maniobra con políticas monetarias y fiscales.

Por qué los gobiernos no se ajustan

A diferencia de una empresa privada, donde la gerencia reacciona recortando gastos cuando el flujo de efectivo se deteriora, en el gobierno la reacción casi nunca es similar. Los gobiernos se caracterizan precisamente por la ineficiencia, la burocracia y el clientelismo. El gasto público tiende a inflarse durante los años de auge económico, pero cuando llegan las vacas flacas el ajuste casi nunca llega como debería, y en vez de ajustarse el cinturón, los gobernantes buscan ordeñar más a la vaca (aunque ya ésta no dé más leche). Las medidas de reducción del gasto son impopulares, la reducción de planilla es algo que los políticos nunca consideran en serio (al menos cuando están en el poder), y la reducción de programas de gasto que resultan en derroche es lo último que quiere hacer un político, porque dichos programas una vez instaurados generan dependientes que toman lo que reciben como un derecho y no como una mera expectativa. Quitarles de buenas a primeras eso que perciben como derecho, genera descontento. Muchos gobiernos han caído al aplicar medidas de ajuste fiscal y por ello los políticos en el poder casi nunca recurren a esto, sino sólo cuando no queda otra opción.

¿Rescate paneuropeo?

A medida que se agrava la situación de las finanzas públicas griegas, algunos especulan que los demás países miembros, no sólo de la Unión Monetaria sino también los países de la Unión Europea que no son parte del Euro, saldrán al rescate de Grecia para evitar que ésta tenga que abandonar el Euro. Pero según encuestas recientes, una amplia mayoría de los alemanes (70%) está en contra de que su gobierno salga al rescate financiero de otros gobiernos europeos, y altas autoridades del gobierno alemán han señalado que no habrá rescate. Si resulta así, los griegos tendrán que salirse de la Unión Monetaria y ello marcará la primera fractura en el edificio Euro. Y luego seguirían los demás países en situación precaria.

Por otro lado, si los demás países de la Unión Europea, liderados por Alemania, salen al rescate financiero, pondrían en peligro sus propias finanzas nacionales. Inglaterra, por ejemplo, ha visto también mermadas sus recaudaciones e incrementado su desempleo. Alemania, aunque no tan grave ni mucho menos, también ha visto su desempleo crecer considerablemente con la crisis.

Mucha tela que cortar

La presente crisis europea pinta ser la primera gran prueba a que será sometida la joven Unión Monetaria del Euro. Los alemanes dicen que no participarán de rescate alguno, y si los alemanes no participan, casi que olvidarnos de cualquier rescate. Pero los anuncios de que no habrá rescate se escuchan mucho en situaciones similares, y no siempre se cumplen. Los políticos europeos han comprometido bastante en la Unión Monetaria. Lo cierto es que la Unión Monetaria jamás respondió a necesidades de integración económica, sino de unificación política. El afán de lograr un estado paneuropeo que reemplace a los estados nacionales es lo que siempre estuvo detrás del Euro. Los europeístas pelearán por mantener intacta la Unión Monetaria, temiendo con razón que un resquebrajamiento podría desencadenar el colapso total del edificio. Definitivo que vivimos tiempos interesantes.

El cuento del salario mínimo

(Artículo publicado en Revista Agenda, febrero de 2010)

El salario mínimo es una de esos temas en que la percepción inicial puede resultar engañosa. Para sus defensores, la imposición de un Salario Mínimo Legal es un acto de justicia social que favorece a los trabajadores. La realidad, sin embargo, es que el salario mínimo perjudica a los mismos trabajadores a los que se busca favorecer con la medida.

Mala teoría económica

Los defensores del salario mínimo parten de la Teoría del Valor-Trabajo, que considera el trabajo humano como la fuente de todo valor. Es decir, un zapato vale X cantidad de dólares, en consideración a la cantidad de trabajo humano (horas-hombre) que fue necesario para producir el zapato.

La Teoría del Valor-Trabajo ha sido refutada desde hace mucho tiempo. Usted cuando compra zapatos, no le pregunta al vendedor cuántas horas-hombre se requirieron para fabricarlo. A usted ni a nadie le interesa eso a la hora de comprar zapatos. Usted se fija en la calidad, el material, su estética y comodidad, y todo eso lo evalúa tomando en cuenta el precio. Usted se decide por el par de zapatos que le brinde, a opinión suya propia, la mejor relación utilidad-precio. Por ejemplo, si existen dos pares de zapatos iguales en todo excepto en precio, el par A teniendo un precio de cien dólares, y el otro con precio de sesenta dólares, usted probablemente comprará el de sesenta (o de repente se compra el de $100 porque es de una marca más reconocida que le brindará ‘status’). Pero lo cierto es que a usted, a la hora de elegir, no le interesa la cantidad de horas-hombre insumidas en el par de zapatos.

La Teoría del Valor-Trabajo ha sido reemplazada hace mucho tiempo por la Teoría de la Utilidad Marginal, que explica que usted comprará el par de zapatos que usted considere le rinden la mayor utilidad por ese precio, relativo a los otros pares de zapatos disponibles, y en atención a la cantidad de dinero que usted considere que puede dedicar a ese par de zapatos.

El salario mínimo crea desempleo

Siguiendo con el ejemplo del par de zapatos, ¿qué pasaría si el gobierno decide poner un ‘precio mínimo legal’ para los zapatos? Si el precio mínimo es fijado, pongamos por caso, en $100, entonces todo aquel que venda zapatos por debajo de ese precio, tendrá que aumentarles el precio a $100. Todas aquellas zapaterías que competían en el mercado vendiendo zapatos baratos de $50 y $60, por ejemplo, resultarán muy perjudicados. La razón es simple: si usted tiene que pagar $100 de todas maneras por el par de zapatos, elegirá el de mayor calidad. Aquél que antes competía porque vendía zapatos de menor calidad pero a precios accesibles, ahora quedará fuera de mercado.

¿Qué tienen que ver los zapatos con el empleo remunerado? Tiene todo que ver, porque así como los zapatos en el mercado no son homogéneos, tampoco lo es el trabajo de los seres humanos. Hay personas más productivas que otras. Así como el que vende zapatos de menor calidad puede competir si ofrece a precios relativamente bajos, pues del mismo modo el trabajador con pocas o ningunas calificaciones laborales, o con poca experiencia, puede competir precisamente porque cobra menos que los trabajadores mejor calificados. Del mismo modo que poner un precio mínimo legal saca de mercado a los que hubieran vendido por debajo de ese mínimo, el salario mínimo legal hace lo mismo con el trabajo asalariado de los menos calificados y menos productivos. El resultado es que el salario mínimo legal genera desempleo neto.

Perjudica más a los más jóvenes

Es común que el primer empleo formal de toda persona sea uno con salario bajo. Cuando uno entra al mercado laboral a los 18 años carece de experiencia y de calificaciones. Pero entrar a trabajar en una empresa, así sea de forma gratuita, le permite a esa persona aprender en el empleo y adquirir conocimientos que de otro modo no obtendría. Una vez dentro, ya dependerá de la propia persona si progresa o si se estanca, pero lo crucial es entrar. El salario mínimo legal, al eliminar o reducir el único aspecto en que el joven sin calificaciones laborales puede competir con otros más experimentados, se convierte en una barrera para que las personas con menor educación y calificaciones, puedan entrar al mundo laboral formal. Se ven así condenados al desempleo, o a permanecer en el mercado informal. ¿Qué clase de justicia social es ésa?

El joven recién egresado del colegio, carente de experiencia, ve entonces severamente limitadas sus posibilidades de acceder a un empleo en el sector formal. Es por eso que tantos jóvenes buscan entonces ser contratados en el sector gubernamental, allí donde las competencias laborales son lo que menos importa, siempre que el político quiera congraciarse con el joven por motivos netamente políticos.

Perjudica al emprendedor humilde

Una de las razones por las que el empresario humilde se mantiene en el sector informal y no avanza hacia la formalidad, lo constituye precisamente el salario mínimo. Me explico: si usted es una persona humilde y decide iniciar un puesto de venta de hamburguesas, el salario mínimo es irrelevante, hasta ese punto. Si usted gana en su propio negocio, menos del salario mínimo, ello no importa porque usted es su propio jefe y no hay relación laboral. Allí el salario mínimo no aplica y no le constituye aún una barrera. Pero digamos que sus hamburguesas son todo un éxito y poco tiempo después de iniciar su operación, la demanda es tal que usted necesita contratar un ayudante. Bueno, ¡mejor que no se le ocurra a usted contratar a alguien que no sea de su extrema confianza, como un familiar o un amigo muy cercano! Porque si lo hace, se va a encontrar con una ingrata sorpresa: usted tiene que pagarle salario mínimo. Sí, ese mismo negocio que no da para que usted pueda pagar salario mínimo ni a usted mismo que es el propietario, ahora tendría que pagar salario mínimo al ayudante.

Y recuerde que el costo para el empleador nunca es equivalente al salario, sino mayor, pues por encima del salario mensual están las prestaciones (una fórmula bastante aproximada es sumar 40% al salario, para determinar el costo real directo para el empleador).

Conclusión

El salario mínimo legal es desde todo punto de vista económico, una medida que produce resultados negativos para la generación de riqueza, la competitividad de las empresas (especialmente la micro y pequeña empresa, y las del sector informal), y para las perspectivas de empleo de las personas con pocas competencias laborales y sin experiencia. A pesar de esto, los gobiernos siguen aumentando el salario mínimo porque es una medida populista. La mayoría de los votantes no entiende de Economía 101, y se creen el cuento de que el salario mínimo beneficia a los trabajadores. Pero en realidad, a los únicos que beneficia es a los que sacan tajada del poder que les da el discurso de la lucha de clases: los políticos y los líderes sindicales. Al resto de nosotros nos perjudica.